Manifestantes parisinos queman una imagen de Ben Ali.El país norteafricano empieza a dar los primeros pasos hacia la democracia después de que el ya ex presidente de Túnez, Zine el Abidine Ben Ali, abandonara el país norteafricano el pasado 13 de enero tras casi un mes de revueltas populares en las que han fallecido decenas de personas por la represesión policial. Lo que parecía imposible ha sucedido. La población tunecina ha podido con 23 años de dictadura y corrupción del «líder» y «el iluminado», tal como era reconocido Ben Ali por los distintos medios de comunicación que él mismo controlaba. La reacción de un joven de 26 años, Mohamed Bouazizi, cansado de tanta injusticia fue el detonante de las multitudinarias y múltiples protestas.
Bouazizi prendió fuego a su cuerpo el pasado 17 de diciembre después de ser abofeteado por una funcionaria y de que se le exigiera dinero para continuar haciendo su trabajo, vender fruta y verdura. Falleció el 4 de enero en el hospital de su ciudad, Sidi Bouzid, pero su muerte no ha sido en vano y su familia se consuela pensando que su hijo, hermano, primo o sobrino ha conseguido cambiar el panorama político de su país y conducir a Túnez por la senda de la democracia.
Fathi Chamkhi, profesor de geografía y miembro de la Liga Tunecina de Derechos Humanos, explica: «Es una revolución social y democrática. Es democrática porque hay reivindicaciones concernientes a las libertades políticas, y social porque existen demandas económicas y laborales. Hay una acumulación de hechos durante 23 años, a lo que se suma la crisis mundial de 2008 (…). Estaba muy extendido el sentimiento de humillación y de injusticia (…) Era insultante, sobre todo, la actitud arrogante de los Ben Ali».
De momento, mientras los mandatarios internacionales piden una transición pacífica en Túnez y el país trata de construir un gabinete de gobierno provisional, los analistas auguran un contagio de lo sucedido en Túnez hacía otros países del Norte de Africa y oriente próximo.
Que no sean necesarios más Mohameds para lograr un país con derechos y libertades para todos.