Hace exactamente un año, el pasado 5 de octubre de 2011, fallecía a los 56 años de edad, Steve Jobs, co-fundador y expresidente de Apple, tras una larga lucha contra el cáncer de páncreas. La noticia conmocionó no solo al sector de la tecnología sino también a toda la legión de fans que la compañía cuenta por todo el mundo.
Jobs anunció su retirada del mundo empresarial en agosto de 2011 tras varios años luchando contra unos problemas de salud de los que poco reveló, dejando en manos de Tim Cook la dirección ejecutiva de Apple. Su decisión sacudió los cimientos de la compañía, ya que muchos le atribuyen directamente sus grandes éxitos comerciales.
Tan solo un día después de presentar al mundo el iPhone 4S, Apple comunicaba la triste noticia de que uno de sus fundadores y aquel «visionario» que consiguió revolucionar el mundo de los dispositivos móviles, Steve Jobs, fallecía rodeado de su familia.
Miles de personas rindieron homenaje a Jobs a lo largo de todo el mundo. Las tiendas Apple Store se convirtieron en altares improvisados para recordar al cofundador de Apple. Un funeral privado en la Universidad de Standford – donde Jobs dio uno de sus discursos más aclamados y recordados a unos alumnos en su acto de graduación- y otro celebrado en las oficinas de Apple en Cupertino (California) recordaron la figura de Steve Jobs y todo lo que supuso para Apple.
Después del primer año de su desaparición, ha sido recordado por todo el mundo. Días después de su fallecimiento salía a la venta su biografía escrita por el periodista Walter Isaacson. Esta biografía, escrita tras docenas de entrevistas con el cofundador de Apple, recoge aspectos cuanto menos curiosos de su vida.
Pero Steve Jobs no se acaba en su biografía. Durante este 2012 no han dejado de repetirse homenajes de todo tipo, uno de los últimos ha sido la figura de cera que se colocará primeramente en el museo Madam Tussaud de Hong Kong y, psoteriormente, recorrerá otras sedes del museo hasta llegar a Londres.