Un estudiante británico, que padece un tipo de autismo, ha sido condenado a ocho meses de cárcel por entrar en los servidores de Facebook. Podría haber tenido consecuencias desastrosas y la acusación lo define como el caso más grave que han visto. «Éste ha sido el incidente más amplio y flagrante en el ‘hackeo’ de redes sociales que hemos visto en los tribunales británicos (…) Afortunadamente, ningún dato personal de usuarios se vio comprometido», afirmó la fiscal Alison Saunders.
Se llama Glenn Mangham, tiene 26 años y estudia desarrollo de software. No niega su infiltración en los servidores de la red social el año pasado. Lo hizo desde su habitación, en su casa familiar de York. En su defensa, el joven admitió que quería mejorar la seguridad de esta red social y que ya había ayudado a Yahoo anteriormente. Sin embargo, esta declaración no convenció a los fiscales. «Dijo que quería un miniproyecto y eligió a Facebook por su gran presencia en internet», declaró el fiscal Sandip Patel. «La acusación no acepta que las acciones del acusado no fuesen maliciosas».
El pasado abril, Facebook se percató que había un fallo en la red interna relacionado con la seguridad y pronto temieron que se trataba de espionaje industrial. El FBI rastreó el pirateo, que lo llevó a la casa de Mangham en junio.
Este incidente en la seguridad de la compañía les ha costado unas 200.000 libras, según afirman en el tribunal. Por su parte, el juez Alistair McCreath explicó a Mangham que lo que había hecho podría haber tenido consecuencias «desastrosas» para la red social. «Usted y otros que se ven tentados a actuar como hizo deben comprender realmente lo serio que es esto», concluyó McCreath.