El pasajero, que nunca había pilotado antes, tomó los mandos de la avioneta cuando el piloto enfermó de gravedad. Después de unos minutos volando, el pasajero consiguió aterrizar en el aeropuerto de Humberside, en el norte de Lincolnshire. Según la Policía, el piloto murió horas más tarde del aterrizaje de emergencia.
Parece el guión de una película de Hollywood, pero no, en este caso la realidad superó a la ficción.
Al parecer, el piloto empezó a sentirse mal alrededor de las 18.20 horas de ayer. Fue entonces cuando avisó a tierra del incidente. En seguida se activó el protocolo de emergencia donde ambulancias se desplazaron a la zona y el pasajero tomó los mandos. “El pasajero voló alrededor del aeropuerto un par de veces hasta que dos instructores hablaron con él”, indicó el portavoz del aeropuerto. Los dos instructores guiaron desde tierra al pasajero para que aterrizara de forma segura.
No se conocen los motivos del viaje aunque sí se sabe que el avión despegó del aeródromo de Sandtoft a unos 40 kilómetros de distancia de donde finalmente se produjo el aterrizaje. En la avioneta solo se encontraban dos personas, el piloto y el pasajero, motivo por el cual no tuvo más remedio que hacerse cargo de la situación.
A pesar de su completa inexperiencia, el pasajero hizo un “trabajo extraordinario” según palabras a BBC de Roy Murray, uno de los instructores que le guió desde tierra. “Hizo un buen aterrizaje. No conocía el diseño de la avioneta y tampoco tenía luces por lo que voló totalmente a oscuras”, señaló Murray.
Hasta el momento se desconoce la identidad del piloto y de su único pasajero a bordo aunque sí se adelantó que el piloto murió horas después del aterrizaje de emergencia.