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Un paseo por el Londres de Match Point

Tal y como contaba Alfred Hitchcock, la clave para empatizar con el espectador, construir un clima de suspense y crear el máximo efecto visual está en colocar en la pantalla lugares que el público reconoce. «Uno de los aspectos interesantes del film The secret agent (1936) es que transcurre en Suiza; entonces me pregunté, ‘¿Qué tienen en Suiza?’: tienen el chocolate con leche, los Alpes, tienen danzas folclóricas y tienen lagos». El maestro del suspense afirmaba que el secreto estaba en aunar todos esos elementos: «Se deben emplear los lagos para ahogar a la gente, y los Alpes para hacerla caer por los precipicios». Muchos son los directores contemporáneos que han recogido este legado y lo han plasmado en sus respectivas obras. Hay uno, no obstante, que es el especialista por excelencia en hacer de una ciudad un protagonista más; en hacer que cada decorado, cada enclave utilizado resulte un lugar idílico, casi maravilloso. Se trata del director estadounidense Woody Allen, autor de obras tan clásicas y aclamadas como Annie Hall (1977), La rosa púrpura de El Cairo (1985) o Misterioso asesinato en Manhattan (1993).

«Él adoraba Nueva York. La idolatraba de un modo desproporcional. Él la sentimentalizaba desmesuradamente. Para él, sin importar la época del año, aquella seguía siendo una ciudad en blanco y negro, que latía al ritmo de las melodías de George Gershwin», estas son las palabras que abren una de sus obras maestras, Manhattan (1979). Estas, puestas en boca de un mero personaje de la película, bien podrían ser las palabras del propio Allen, ya que por todos es conocida su pasión por rodar en la Gran Manzana; su pasión por inmortalizar en sus películas aquel maravilloso entramado de rascacielos, taxis amarillos y alcantarillas humeantes.

Sin embargo, llegó el verano de 2004 y el director neoyorquino decidió, para sorpresa de todos, cambiar de aire y volar con todo su set hasta Londres, lugar en el que decidió ambientar su entonces nueva película, Match Point. Allen, así, dio el pistoletazo de salida a lo que después supondría el inicio de un tour que le llevó a rodar películas, con más o menos éxito, en las principales ciudades europeas: Vicky Cristina Barcelona (2008), Medianoche en París (2011) o A Roma con amor (2012).

En total, además de la ya mencionada Match Point, Allen ha dirigido cuatro películas en la capital británica: Scoop (2006), El sueño de Casandra (2007) y Conocerás al hombre de tus sueños (2010). Y es que a pesar de encarnar a un excéntrico mago que no hace más que quejarse de lo particular que es la cultura inglesa en Scoop, Allen ha sabido capturar la magia de Londres en sus largometrajes, declarando incluso que la luz de la ciudad cuando está encapotada (casi siempre) es especialmente cinematográfica y buena para la fotografía.

En las próximas líneas vamos a tomar como referencia Match Point, una de las películas con más éxito del director estadounidense, y vamos a proponer un paseo por varios de los enclaves que hicieron de escenario en esta aclamada película, interpretada por Jonathan Rhys Meyers, Scarlet Johansson y Emily Mortimer, que narra el devenir de un triángulo amoroso en el seno de una familia adinerada de las altas esferas de la capital.

Precisamente por eso, los lugares de rodaje escogidos para la película pertenecen al Londres más «selecto»: el Londres de South Kensington y Chelsea, el de Pimlico y Belgravia.

Chris (Rhys Meyers) es un apuesto jugador de tenis retirado que llega a Londres con la idea de ser profesor en el The Queen’s Club -el primer polideportivo del mundo, creado en 1886 y localizado en Palliser Road (W14)-, donde conoce a Tom, quien le acoge en su familia.

Chris y Nola pasean por las calles de Covent Garden.

Chris, poco a poco, empieza a ascender escalones sociales, y comienza a adquirir la vida que siempre había deseado. Bien integrado en la familia e inmerso en una relación con Chloe, la hermana de Tom, Chris empieza a disfrutar de veladas en la Royal Opera House, situada en Covent Garden (en este lugar también se rodó Billy Elliot o la famosa escena de la extraterrestre de color azul cantando ópera en El quinto elemento), tardes de museos en la Tate Modern o en la Saatchi Gallery (en el momento en el que se rodó la película, esta última estaba aún situada junto al London Eye; ahora se encuentra en el barrio de Chelsea).

Pero no podía ser todo tan bonito: en la acomodada vida de Chris entra en juego la explosiva Nola (Johansson), la prometida de Tom, que despierta los instintos más pasionales del ex-jugador de tenis. Momentos antes de tener su primera conversación en privado en el elegante bar The Audley, localizado en Mount Street, Chris y Nola se encuentran por casualidad a la salida de la tienda de Ralph Lauren situada en South Kensington. Juntos caminan hasta el Royal Court Theatre, localizado en Sloane Square, donde Nola tiene una audición para un papel teatral.

Las dos parejas quedan para ir al cine a ver Diarios de motocicleta en el emblemático Curzon Cinema de Mayfair, localizado en Curzon Street. Pese a no ser precisamente económico (14.5 libras), este establecimiento se encuentra en el top 20 de los mejores cines de Londres, según Time Out.

Mientras tanto, el padre de Chloe ofrece a Chris un trabajo que no puede rechazar en el icónico rascacielos 30 St Mary Axe, también conocido como Gherkin (pepinillo), que se alza majestuoso en la City. Este edificio, diseñado por Norman Foster, contiene oficinas privadas y no está abierto al público.

No podemos olvidarnos de mencionar el increíble apartamento que Chris y Chloe compran con vistas al Parlamento británico, junto al Támesis. Este complejo de apartamentos tiene como nombre precisamente Parliament View Apartments y está localizado en Lambeth. El apartamento de Nola, si bien bastante más pequeño, no está localizado en peor zona, ya que se encuentra en pleno Marylebone, en Glentworth Street.

Sin desvelar nada del apoteósico final, en los últimos minutos de la película Chris y Chloe acuden al Palace Theatre, localizado en Shaftesbury Avenue de Soho, para ver el espectáculo de The Woman in White. Este teatro, que ha acogido obras tan célebres como Los Miserables o Cabaret, es el escenario actual del musical Cantando bajo la lluvia.

Finalmente, el puente de Blackfriars, adornado con el famoso grafiti de una niña persiguiendo un globo con forma de corazón realizado por el archiconocido Banksy, es el elegido por Chris para lanzar un anillo -no diremos cuál- al río, que, como si de una red de tenis se tratara, marcará el destino de este ambicioso joven sin escrúpulos, en lo que podría llegar a ser el match point, el punto de partido definitivo.

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