Una petición de change.org revisar el uso de los taser o pistolas eléctricas por parte de la policía ha alcanzado 50.000 firmas desde su creación el pasado martes. Esta petición viene tras la muerte de Dalian Atkinson, ex jugador de la Real Sociedad y Aston Villa, este lunes por tres descargas de taser a manos de la policía.
[pullquote]Los negros tienen tres veces más probabilidades de ser disparados por un taser a manos de la policía que los blancos[/pullquote]
El creador de la petición en change.org es Jason Jackson, hombre negro y padre de tres hijos, y denuncia en la web que los negros «tienen tres veces más probabilidades de ser disparados por un taser a manos de la policía que los blancos». «Si esto le ha pasado a un ex jugador de la Premier, le puede pasar a mí o a mis hijos», declara el creador de la petición.
Dalian Atkinson padecía de problemas mentales y de corazón (foto: eldiariovasco.com)Por estas razones Jackson pide a la primera ministra británica, Theresa May, que revise el uso de las pistolas taser y «sus implicaciones médicas». «Pedimos al gobierno estudiar el uso de otras armas no letales para prevenir muertes en el futuro», sentencia.
El fallecimiento del ex delantero de la Real es el onceavo caso de muerte por descargas de taser en el Reino Unido. Dalian Atkinson fue disparado por la policía en el domicilio de su padre en Telford, después de que los vecinos alertasen al cuerpo de que se presentó «en un estado maníaco» y montando alboroto. Atkinson padecía de problemas mentales y de corazón.
¿Qué son y cómo afectan a la salud las pistolas eléctricas?
Estas pistolas eléctricas lanzan descargas a través de pequeños proyectiles unidos con alambres que pueden llegar hasta los ocho metros. Las descargas de las taser tienen una intensidad de corriente de 2,1 miliamperios, lo que en teoría las hace no letales, aunque si la víctima padece de problemas de corazón o está intoxicado por drogas o alcohol puede llegar a matarle.
Aunque el uso policial de las pistolas eléctricas causa bastante polémica, están bastante extendidas por cuerpos policiales de todo el mundo. Su uso exclusivo para la policía es legal en la mayoría de los países de la Unión Europea, y hay estados en Estados Unidos que permiten su tenencia a civiles. En España pueden ser utilizadas por la Policía Nacional y por los Mossos d’Esquadra, además de algunos policías municipales.