Carmen de Bizet es una de las óperas mas famosas y más representadas del repertorio operístico. Resulta paradójico que, como muchas otras obras maestras, fuese un fracaso en su estreno en 1875. Es una ópera de inspiradísimas melodías pegadizas y de fuerte carácter español, con grandes números corales y de baile. The Royal Opera House repone el montaje del galardonado director australiano Barry Kosky. Producción presentada en el escenario londinense la pasada temporada pero ya había sido estrenada en Frankfurt en 2016.
Carmen cuenta la historia de una gitana que enamora al soldado Don José para que la salve de la cárcel. Lo convierte en un contrabandista haciéndole desertar del ejército para luego abandonarle por el famoso torero Escamillo. El despechado Don José acaba matando a Carmen desesperado y se rinde ante la justicia.

Una producción de la ópera de Carmen extremadamente experimental que no deja indiferente
Vivimos en una época de experimentación teatral en el mundo de la ópera. Se buscan nuevos lenguajes y modos de expresión para poder acercar títulos a los gustos de la sociedad actual. Este montaje es tan sumamente conceptual, contemporáneo y abstracto que se aleja enormemente de la Carmen de Bizet. Presenta un escenario oscuro y desnudo con una gran grada, continuas voces grabadas en “off” y una coreografía de estilo musical americano, algo cuestionable con el estilo y música de Bizet. Carmen aparece vestida de gorila para cantar su famosa aria de entrada L’amour est un oiseau rebelle. Al leer el programa se entiende el homenaje que Barry Kosky ha querido rendir a Marlene Dietrich y al género del Cabaret. Sin duda, una producción extremadamente experimental que no puede dejar indiferente.
El papel de Carmen es compartido por la mezzo-soprano francesa Anaïk Morel y por la rusa Aigul Akhmetshina. El soldado Don José es interpretado por el magnífico tenor americano Brian Hymel y por Arsen Soghomonyan. El bajo-baritono Luca Pisaroni debuta por primera vez el rol del torero Escamillo. La soprano estadounidense Aylin Pérez alterna con la soprano rusa Kristina Mkhitaryan el papel de Micaela. Julia Jones dirige la orquesta de la Royal Opera.
Una ópera popular, ideal para iniciarse en el mundo de la lírica. Un sobresaliente reparto de cantantes internacionales con una cuidada dirección orquestal. Y una puesta en escena sólo recomendable para los amantes del teatro experimental y contemporáneo.
(publicación en colaboración con Mauricio Villa de OperaWire)