Hace mucho tiempo que no vamos John y un servidor a cazar juntos. Mano a mano. Éste es el fin de semana apropiado para ello, el viernes me voy a dormir al Valle de Ayora como Dios manda. Hace algo de frío y dejamos el coche en la parada de Los Callejones. “Perla”y “Rhum” nos acompañan, empezamos la vuelta en dirección a la Balsa de Ves. Lo mejor que nos depara la jornada es la salida de una sorda en una pista que transcurre en medio de toda la pinada y que se lleva un par de recaditos pero sigue aleteando tranquilamente. Nos damos un buen almuerzo con restos de carne a la lumbre de la noche anterior y finalizamos por los llanitos de John dirección al coche. Para nuestra sorpresa se escuchan unas patirrojas llegando al coche, parece ser que ya es la época de ir emparejadas. Vamos a por ellas y Perla pone un conejo de muestra a John que se le escapa por poco. Yo pienso que al tirar las perdices ya se habrán marchado, pero queda una que se arranca entre los dos y de un certero segundo disparo cae alicortada. Para el delirio de John, Perla la cobra a unos cuantos metros de donde ha pegado el pelotazo. Ha sido una mañana divertida donde hemos cazado tranquilamente en familia.
Por la tarde quedo con el maestro Joseph. Me recoge en casa de John y decidimos ir a “Los Vallejos”, él me cuenta que por la mañana ha estado con Paul en el Campichuelo y los perros han cogido una liebre a la que habían metido algún plomo nada más empezar. Empezamos la vuelta por donde hace un par de años se nos fue una liebre del lado de la senda, menudo show a lo limpio…
Hemos llegado al linde con Jarafuel y dado la vuelta y no hemos podido ver ni rastro de las patirrojas. Por hablar, en un barranco a lo lejos veo como se descuelga una y oigo dos tiros a Joseph. Cuando nos juntamos me cuenta que el perro le ha sacado una de muestra y se le ha ido: las cosas del directo. Consigo que Lucky vaya cazando conmigo, veo que va tocando algo pero no te puedes fiar porque muchas veces lo que hace es poner de muestra a los torditos….
En una lomita, muy cerca de donde perdí de vista a la liebre el día de la abertura con Luke, veo que el perro empieza a tocar y por el otro lado de la loma veo como se descuelgan 4 o 5 perdices, a las que saludo con 2 disparos sin pegar a ninguna. Continuamos la vuelta y le indico a Joseph donde se han tirado, en ese preciso instante de la siguiente loma se arrancan dos más, apunto a otra pero tampoco le quito ni plumas. Damos la vuelta hasta la depuradora para cogerlas al revés en la loma del motocross y así ocurre porque las veo como vuelan a lo lejos y se dejan caer por la loma. He visto una perdiz que me ha parecido que se deja caer al otro lado, el que da al pueblo, entonces me voy asomando a derechas,y claro, ocurre exactamente lo contrario, salta una de izquierdas a la que no logro ver pero sí oír, cuando ya consigo verla está fuera de tiro. Acto seguido escucho un tiro de Joseph, al que continúa su llamada al perro lo cual muestra que esa perdiz ha caído. Llega un momento en el que mi cabeza ya ha tenido suficiente de perdiz y exaltaciones, prefiero serenarme y que la caza se queda tranquila. Hay una perdiz que sale larga pero a tiro, prefiero verla volar antes que dispararle lo cual es una cosa que me enorgullece. Me junto con Joseph que también la ha visto y me dice que cree saber dónde se ha dejado caer esa perdiz.
OJO! Aquí hay un dato importante; antes de volver a la loma Rantán se ha quedado de muestra y Joseph le ha tirado dos tiros a la perdiz y yo tres más, pensando que se nos iban, al final la perdiz ha hecho un extraño y el perro ha vuelto con ella en la boca. Después de este lance interesante volvemos con esa perdiz que había volado y Joseph me indica que siga yo detrás de ella. No hago más que asomarme al final de la morreta donde me había indicado y se arranca, yo disparo el primer tiro al aire de los nervios en el primer intento de quitar el seguro y encarármela para en el segundo disparo bajarla. Espero que venga Lucky a cobrarla porque la perdiz aún está algo viva, pero finalmente se la lleva Rantán con lo espabilado que está. Una gran tarde que culmina con una mañana donde el morral final del equipo son 4 perdices y una liebre. No está nada mal para la época del año en que nos encontramos.