Al fondo, el holograma de Dita von Teese quien da la bienvenida al visitante. / Luke Hayes.El Design Museum de Londres acoge una exposición en la que se recorre la historia de las creaciones con la mítica suela roja
El maestro Christian Louboutin llega al Design Museum de Londres para celebrar con una exposición sus veinte años de profesión. Hasta el próximo 9 de julio, si no poseéis unos Louboutin, podéis admirarlos a través de un exuberante recorrido por la biografía profesional y diferentes hazañas del diseñador.
«Mi vida ha sido una sucesión de coincidencias fortuitas». Estas palabras de Christian Louboutin muestran la persona que hay detrás del famoso zapatero. Declaraciones que humanizan y acompañan a esta exposición, que hace parada en los momentos más importantes en la trayectoria del parisino, desde su nacimiento en 1964 hasta la actualidad.
Cómo influyeron en su carrera profesional las eternas noches de juerga en los bares de París, su trabajo como ayudante en una sala de baile y su catapulta hacia el éxito de la mano de la princesa Carolina de Mónaco. Un sin fin de vivencias que se ven reflejadas en la calle, en los pies de unas pocas mujeres, ya que por todos es conocido el alto precio que hay que pagar por unos zapatos del maestro. Gracias a este evento, el público de a pie tiene posibilidad de conocer de cerca algunos ejemplares.
Alcanza el firmamento
Stilettos, sandalias, botines, bailarinas… Los zapatos colgados de aros circenses que flotaban en el aire, daban una particular bienvenida a los visitantes nada más entrar a la sala de exposiciones. Esto no era sólo moda, aquí había arte. Una vez dentro, un holograma de Dita Von Teese nos recibe con un erótico baile de cabaret. La artista calza unos maravillosos zapatos forrados de Swarovski. Y como público a los pies del escenario, decenas de zapatos salen del corazón de diferentes almejas como si fuesen perlas. Esto es Louboutin, y hay que arrodillarse ante él.
Durante 20 años, el artista ha tenido la misma inspiración. Al principio creaba zapatos de vestir, ahora la elegancia se mezcla con la sensualidad. Esta combinación es el ying y el yang de cada diseño. Zapatos que parecen tener vida propia y que son capaces de conquistar a cualquier hombre con sus insinuantes curvas y tacones de vértigo.
«Intento mirar donde otros no lo hacen» afirma Christian Louboutin. Cualquier cosa puede inspirarle y convertirse en zapato: una lata de cerveza, una de caballa o la piel del salmón. Cada zapato tiene una historia, la cual puede venir de cualquier parte. Pero antes de que estas joyas lleguen a su destino final pasan por un delicado proceso de elaboración. Todo comienza con un lápiz, un papel y un atelier repleto de objetos. El diseñador no es, precisamente, amante del minimalismo. Más tarde llegan los moldes, las suelas, los tacones, los materiales y finalmente, se confecciona cada zapato de forma artesanal. Se estudia el color, el material, las costuras, los centímetros; todo detalle es importante para que cada pieza llegue perfecta a los pies más privilegiados.
La inspiración a Louboutin le llega de la mano de sus musas: Marlen Dietrich, Bette Davis, Gene Tierney, Mae West Tallulán Bankhead y Marilyn Monroe. Sus diseños son un reflejo de la pasión por las películas. Mujeres del cine de los años 30, 50 y 60 a las cuales el diseñador mira con admiración: «Eran unas supervivientes». Los viajes y la música, también son pilares fundamentales a la hora de crear. Referencias musicales como Debbie Harry, Blondie o Tina Turner han iluminado a Louboutin para diseñar algún calzado.
Zapatos por doquier
El francés se considera un fanático de las transparencias y esta exposición del Design Museum es testigo de ello. Se pueden admirar diferentes modelos cuyo objetivo es mostrar la piel de la mujer. Según Louboutin, «el zapato forma parte del cuerpo, de la piel, el tacón debe prolongar la línea recta de la pierna». Todo un estudio de arquitectura e ingeniería, el cual no se cumple si hablamos de sus zapatos fetiches y sados. Sin ninguna duda, una de las salas más impactantes de esta exposición. Aquí cuelgan fotografías del director de cine David Lynch. El estadounidense colabora con el diseñador e ilustran a señoritas con tacones de interminables alturas e imposibles de calzar con la intención de caminar. Precisamente, no están elaborados para dar un paseo con ellos. El objetivo de estos zapatos es conquistar, provocar y gritar a los cuatro vientos: ¡sexo! Para Louboutin, toda mujer debe poseer al menos un par.
Unas sufridoras de las grandes alturas son las bailarinas de ballet. En esta sala, se pueden contemplar unas zapatillas con un enorme tacón que el diseñador creó con la intención de recaudar fondos para el English National Ballet.
El diseñador utiliza multitud de materiales: piel tachuelas, jeans, terciopelo, flecos, estampados… con ellos calza a la mujer y también al hombre. Louboutin no olvida al género masculino y recientemente ha decidido que ellos también pisen con su mítica suela roja. Incluso las más pequeñas de la casa, tienen un hueco en esta exposición. Barbie, la muñeca más famosa del mercado infantil, también puede llevar unos Loubotin. El diseñador ha creado diferentes modelos de zapatos para la muñeca favorita de las niñas.
En definitiva, una exposición para todos los amantes de la moda y las grandes alturas. No todos los días se pueden contemplar joyas como estas pero se puede soñar despierto con los zapatos de Christian Louboutin hasta el próximo 9 de julio en el Design Museum de Londres.