Victor Hugo López Borges es un conservador y restaurador de arte nacido en Vigo y asentado en Londres desde hace años. Su último proyecto en el Victoria and Albert Museum le une artísticamente a sus raíces gallegas, lo que según nos cuenta en la entrevista, le hace mucha ilusión.
Nos recibe amablemente y, mientras nos guía hacia las salas de vaciados donde le haremos algunas preguntas, nos ilustra y pone en antecedentes acerca de las salas que verán la luz este mismo mes en el V&A.
Y es que desde 2017, las salas de vaciados, incluyendo la reproducción del Pórtico de la Catedral de Santiago de Compostela, están siendo restauradas dentro de un ambicioso proyecto que se completará con la inauguración de las nuevas salas Ruddock Family Cast Court y Chitra Nirmal Sethia Gallery el 1 de diciembre de 2018. Además, estará acompañado con la publicación del libro ‘The Cast Courts’, editado por V&A Publishing, ISBN: 9781851779796, £9.99.
Nos quedamos con la frase que nos dirá más adelante “el arte es un reflejo de la historia”, que resume la idea sobre la que se asienta el trabajo de nuestro entrevistado.
¿Qué te hizo venir a Inglaterra?
Yo estudié en la Escuela de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Galicia, en Pontevedra. El primer año encontré mi vocación. Al terminar, con un verano muy largo por delante, decidí venir a estudiar inglés y trabajar. Lo seguí haciendo cada verano, y el tercero ya trabajé en un proyecto de cultura mural en Lincoln Square. Volví a España, donde hice prácticas en una empresa en Coruña y en Madrid en el Reina Sofía. También trabajé en un proyecto en Barcelona de arte contemporáneo de la colección de Aena, en la Catedral de Salamanca y luego me fui a Estados Unidos un verano. Al volver, paré en Londres para visitar a amigos, y animado por ellos presenté currículums a algunas empresas. Volví para la entrevista y me contrataron para un proyecto. Después, trabajé como freelance hasta que empecé en el Victoria & Albert.
¿Cómo recuerdas tus inicios en el terreno laboral? ¿Te pareció difícil empezar?
La verdad es que fue todo muy orgánico. En España era una época diferente, había pocos restauradores, entonces había mucho trabajo. No me resultó excesivamente complicado, a lo mejor tenía una predisposición que mostraba mi pasión por el arte. Me iban saliendo cosas y como en todas partes, ibas haciendo tus contactos. Lo mismo pasó aquí. Quizá al principio cuesta un poco por la diferencia en la cultura, pero igual siendo gallego te acostumbras y te cuesta menos que, a lo mejor, si eres del sur (bromea).
El V&A ya lo conocía. De hecho, me acuerdo que cuando estaba en el último año solicité un máster aquí. Más tarde ofrecieron un trabajo y superé las entrevistas. Llevo aquí desde 2003.
Siempre he trabajado mucho con la colección de arte de la península Ibérica, organicé proyectos con arte hispano-musulmán. Hicimos proyectos con la Alhambra de Granada. Y aquí me he metido mucho con las obras de vaciado españolas. De hecho, hubo un congreso hace poco ‘Collecting Spain’, que explicaba cómo se coleccionaban obras españolas alrededor de 1800-1900.
Fuente: © Victoria and Albert Museum¿Consideras que trabajar en el Victoria and Albert Museum es una forma de dar proyección a obras españolas?
Me ha dado la oportunidad de dar proyección a yeserías de la Alhambra, a piezas tanto en piedra como en yeso de Medina Al-zahara, obras de La Roldana… ahora con el Pórtico hemos establecido un proyecto muy importante con la Fundación Barrié de la Maza, con el Instituto del Patrimonio Cultural en Madrid… Trato de sacarle jugo a las obras españolas. Dependo un poco de los proyectos del museo, obviamente. Pero cuando puedo, le doy especial atención.
¿Dirías que, además del interés artístico, el hecho de ser gallego ha influido a la hora de trabajar con la réplica del Pórtico?
Me toca muy de cerca evidentemente por ser gallego, entonces me hace ilusión. Como no he podido trabajar en el original (risas) pues por lo menos trabajo en la copia. Pero bueno, he podido ir al Pórtico original y he podido trabajar allí con los restauradores a la hora de comparar datos, hemos analizado muestras, hemos ido a filmar y hacer entrevistas porque queremos hacer un pequeño vídeo donde se conecten las dos historias de los Pórticos. Era un momento icónico, los dos pórticos estaban siendo restaurados al mismo tiempo. Era una oportunidad que no podía dejar pasar. Además, como conservador-restaurador, consideramos una labor muy importante tratar de publicar y dar a conocer nuestro trabajo y los resultados que se obtienen. No solo por conocer la historia de estas obras, sino también para entender cuál es nuestra labor, por qué existen los conservadores-restauradores y qué hacemos.
¿Te parece que Inglaterra es un país en el que se promociona la cultura y el arte? Comparándolo un poco con España…
Es difícil. Yo creo que sí, a nivel patrimonio, yo creo que lo tienen más cuidado y hay más concienciación. Vivimos en Londres, que es como una burbuja. Entonces no lo podría comparar con el resto del país, pero en general hay diferentes organizaciones [que contribuyen]. A mí, por ejemplo, me interesa mucho la arquitectura vernácula. Y este es un área que lo tienen muy cuidado. En España, también se están haciendo cosas muy interesantes, y a nivel restauración hay mucha gente muy buena que está trabajando muy bien. Quizá no tienen el mismo presupuesto que tienen aquí. Pero en España las cosas han cambiado mucho.
Por último, ¿qué mensaje darías a los jóvenes que quieran, o no, dedicarse al arte?
Yo creo que si tienes pasión por algo y en realidad lo vives, te lo buscas. Es bueno salir, aunque salgas de España una temporada con crisis o sin crisis, y luego vuelves. Es bueno ver otras cosas. Así es como aprendes y como te desarrollas como profesional y eso lo puedes extrapolar a cualquier otra profesión. La vida es muy corta y si no funciona, te reinventas. Pero si no lo haces desde el principio serás siempre un amargado, ¿no? Yo creo que si eres apasionado y te concentras en lo que haces, todo sale.
Réplica del pórtico de la Catedral de Santiago en su instalación en 1872-73. Fuente: © Victoria and Albert Museum