Más de 1300 nuevos objetos están a disposición del visitante. Se pueden encontrar uniformes militares, cartas, fotos y una amplia gama de armas usadas en estos enfrentamientos.
Imperial War Museum ha conseguido con esta reapertura crear un auténtico ambiente bélico donde te sientes testigo de una realidad ocurrida en el mundo que fueron la Primera y la Segunda Guerra Mundial y observas de cerca lo que un día fue una auténtica pesadilla para millones de civiles que vieron cuartada su libertad.
Una visita al museo de la guerra de Londres
[pullquote]Esta transformación ha costado 40 millones de euros y ha sido posible gracias a la ayuda de sponsors, fundaciones, aportaciones individuales y al Departamento de Cultura[/pullquote]Entras por la puerta y lo primero que ves son tres aviones de guerra y el cohete V-1 colgando del techo. Ahí comienzas a adentrarte en lo que será un auténtico viaje por los acontecimientos bélicos más importantes de la historia. Entre los nuevos objetos que el museo ha puesto a disposición del visitante se encuentran un trozo del muro de Berlín, escombros de metal de las Torres Gemelas de Nueva York, un mural de Bagdad de Sadam Hussein, un coche de reporteros de guerra, una escultura que muestra como quedaría un cuerpo humano después de verse afectado por la bomba atómica y una réplica de esta bomba entre otras cosas.
Tras la reforma, en el museo de la guerra se pueden encontrar hasta 1.300 nuevos objetos. / Noemí BastidaEsta aventura comienza con la exposición de la Primera Guerra Mundial, una exhibición de una calidad tremenda donde muestra las batallas más importantes de las que británicos formaron parte. Se exhiben uniformes usados por los soldados en los enfrentamientos, las armas utilizadas entre ellas rifles, bayonetas e incluso bombas de gas, todo acompañado de impactantes fotografías y pinturas que ilustran un periodo de sufrimiento y en las que puedes observar la desesperación civil y a soldados corriendo para evitar ser alcanzados por la metralla. Todo esto ocurre mientas de fondo escuchas el sonido de las bombas y ataques aéreos que se emiten en diferentes pantallas. Te embriaga una sensación de ansiedad y de tristeza tan solo de pensar cómo sería vivir en estas circunstancias y lo trasladas incluso a las actuales como por ejemplo en Gaza.
[pullquote]El museo, situado en Lambeth Road, ha permanecido cerrado durante más de seis meses y abrió de nuevos sus puertas el pasado 19 de julio. Actualmente el visitante tiene acceso gratuito a las salas[/pullquote]Si subes a la primera planta encuentras Turning Points. Aquí puedes contemplar el armamento que los británicos usaron en la Segunda Guerra Mundial. Un submarino es una de las atracciones de esta sala y junto a él tanques de guerra, barcos e imágenes de bombardeos durante este periodo de guerra. También hay una zona dedicada al sufrimiento de los niños durante esta época llamada Family in war time donde se explica que el 46% de los niños londinenses fueron evacuados. Se expone la lucha de las madres por continuar dándoles a sus hijos una calidad mínima de vida y como luchaban por sacar adelante sus familias a pesar de las escasas raciones de comida.
La segunda planta está dedicada a los espías soviéticos y los británicos traidores y a como fueron ejecutados cuando se descubrieron sus intenciones. Después podemos encontrar una amplia información sobre la función de las Naciones Unidas por salvaguardar la paz y la seguridad mundial. La tercera sala es una exposición de fotografías y vídeos del artista londinense Mark Neville, donde se relata la experiencia de este autor en el periodo de la guerra de Afganistán.
La cuarta planta y las más dura de digerir es la denominada The Holocaust, habitaciones oscuras llenas de fotografías de esta sanguinaria etapa liderada por una maqueta del campo de concentración de Auschwitz en la que puedes ver las condiciones de trabajo y vida que vivieron los judíos encerrados en este infierno. Hay una sala dedicada a la propaganda que usaron los nazis para transmitir sus ideas de raza superior y en la que los discursos televisivos, la radio y los panfletos formaron parte decisiva. Cuentan la invasión a Polonia con fotos desgarradoras de fosas comunes, de paupérrimas condiciones de vida, de muertos de hambre, en definitiva un recorrido por una de las situaciones más crueles de la historia.
El objetivo del museo es educar y poner en conocimiento del visitante la historia de la guerra para que no se pierdan en el olvido estos acontecimientos tan catastróficos, por ello también ofrece una amplia gama de vídeos y testimonios para que la gente sea consciente de esta memoria histórica.
Terminas pensando qué clase de ser humano pudo hacer estas masacres, una sensación de impotencia comienza a interiorizarse y te preguntas ¿por qué? Sales del museo con millones de preguntas acerca de este tipo de conflictos, con mucha información nueva golpeando tu cabeza. Pero lo principal es que te sigues cuestionando cómo el hombre ha podido llevar a cabo actos tan viles. Después de esto lo único que quieres es amor y paz…