Los dos hombres que planeaban asesinar y decapitar a la cantante Joss Stone fueron condenados ayer, dos años después de que intentaran acabar con la vida de la estrella del pop.
Kevin Liverpool, de 35, fue encarcelado de por vida. La sentencia de su cómplice, Junior Bradshaw, de 32, ha sido de momento aplazada hasta conocer los informes psiquiátricos.
Ambos tenían un profundo odio por la cantante de soul, la cual creían que tenía relación con la familia real. Además, esperaban robar más de un millón de libras que creían que encontrarían en su casa de Devon y lanzar su cuerpo al río posteriormente.
La pareja, que rara vez trabajaba, y vivía de las ayudas del Estado, se conocía desde el colegio y salieron de su casa a primera hora del 13 de junio de 2011 para buscar a Stone en el este de Devon.
La cantante, que se crió en esta zona, se encontraba en su casa en ese momento, pero el plan de los delincuentes fracasó y fueron detenidos unas horas más tarde con un alijo de armas. Solo cuatro horas después de ser puestos en libertad, los criminales fueron condenados por un el jurado de lo penal de Exeter por conspiración de asesinato y robo.
En un comunicado lanzado ayer mismo, Stone, de 37 años, confesó sentirse «aliviada porque el juicio haya acabado y estos hombres están ya no podrán causar dolor a nadie más».
Por su parte, Liverpool y Bradshaw se negaron a colaborar con los detectives o con sus abogados y jamás explicaron exactamente lo que habían planeado o por qué eligieron a la cantante como víctima.