La diseñadora argentina Débora Velásquez presentó por primera vez en Londres su colección «Mujer Tango»
Ante un expectante público que se impacientaba por ver a las modelos desfilar por el amago de pasarela construido con sillas alrededor, la diseñadora Débora Velásquez presentó el pasado 7 de octubre su última colección, «Mujer Tango», en la residencia oficial del embajador de Argentina en Londres. Antes y después de ver sus creaciones, una pareja de jóvenes bailarines de tango deleitaron a los asistentes con un juego de piernas calibrado y un arte que podía sentirse en la atmósfera del salón.
Débora Velásquez es una diseñadora argentina que reside actualmente en Bruselas, Bélgica, donde abrió su propio taller y salón de exposición en 2008. Desde entonces, el amor por su Argentina natal siempre ha tenido una gran influencia en sus creaciones. «Mi inspiración surge de diferentes temas, que pueden surgir en viajes, mi país como tal, diferentes culturas y colores que quiero abordar y transmitir». Para Velásquez, sus creaciones son mucho más que vestidos y destaca el trabajo que hay anterior a la elaboración de la pieza como una mezcla de sentimientos. «Dibujar son emociones, son momentos de felicidad. Es querer transmitir diferentes imágenes y colores».
Era la primera vez que esta diseñadora presentaba una de sus colecciones en Londres, aunque ya antes ha realizado otros desfiles de sus colecciones en París, Buenos Aires, Dakar y Bruselas «con mucho éxito también», resalta Velásquez. Y añade: «Fue una enorme emoción poder transmitir mi arte, la colección y la cultura de mi país en Londres. El desfile fue un éxito y la colección gustó mucho. Es un placer siempre poder viajar con la colección, ya que detrás de eso hubo muchas horas de dibujo, búsqueda de telas, colores, costura, y la búsqueda del make up y estilo de peluquería… También me gusta mucho poder integrar un show extra al desfile, y en este caso fue el baile de una pareja de tango que abrió el show».
De hecho, la primera en pisar el amago de pasarela no fue una modelo, sino la bailarina de tango. Entró con paso firme, se dio la vuelta y, de pronto, se encontró con el bailarín cara a cara, quien había hecho su entrada en el salón con la misma firmeza en sus pasos y su mirada que ella. Se abrazaron, cerraron sus ojos y el ritmo corrió por sus venas. Al finalizar su baile, casi sin intermedio y de manera inesperada, por una puerta del lateral de la sala apareció la primera modelo, que vestía una creación de encajes y transparencias negras y unos tacones imposibles.
El desfile de Débora Velásquez
Tras ella se fueron sucediendo el resto de las creaciones de la diseñadora que a muchos dejaron boquiabiertos. En general, los diseños que presentó Velásquez se caracterizaron por las irregularidades en los largos y en los tirantes y por la combinación de diferentes tejidos. Un detalle singular es la introducción de la ropa interior como parte del vestido, adaptándola a éste con suma elegancia y formando parte de él.
«Los modelos son muy sexys y misteriosos, con grandes transparencias, aperturas en la pierna y mucho encaje. Se pone en valor el misterio y la seducción de la mujer, enfocando la manera inteligente de serlo. Los colores usados fueron los rojos, negros y grises. Las materias fueron seda, encaje, brocato, encaje bordado y lana», explica la diseñadora.
Velásquez, quien asegura que esta colección es una de sus «preferidas, ya que es más atrevida», señala que la mujer a la que van dirigidas estas creaciones «tiene carácter, es audaz, es activa, sexy, atrevida y dinámica». Al mismo tiempo, especifica que trató «de transmitir realmente lo que significa tango. Como sabemos esta danza comenzó bailándose por mujeres y después se integró el hombre. Por eso, podrán ver las fotos de mis creaciones con imágenes de dos chicas en permanente seducción y juego». Velásquez, además, considera que su última colección «representa muy bien a la mujer latina».
Al finalizar el desfile el pasado 7 de octubre, la diseñadora salió a la pasarela arropada por todas las modelos que vestían sus creaciones y por los incesantes aplausos de los asistentes. Aún con los alfileres sujetos en la muñeca, gajes del oficio. Velásquez quiso agradecer esta oportunidad, y posteriormente ha manifestado: «Fue una satisfacción poder mostrar [su colección] en la residencia del embajador de Argentina en Londres. Fue un verdadero placer haber sido invitada por la embajada».
Tras unas fotos en un sofá rojo con mucho estilo y glamour que había al final de la pasarela, de nuevo hicieron su aparición la pareja de bailarines de tango, en esta ocasión ambos vistiendo trajes de color negro (antes, blancos). Y el mismo ritual. La música dio comienzo y sus piernas se entrelazaban, se unían y desunían, siempre siendo dos, pero por momentos pareciendo llegar a ser uno sólo. Fue el broche final perfecto de una tarde de moda y creatividad argentina en el corazón de Londres.